Nueva mirada de asistencia a clases en tiempos de pandemia

La asistencia escolar es clave en el aprendizaje, por lo que es muy importante promoverla desde la educación inicial. Cuando los niños y niñas faltan a clases, se genera una pérdida significativa de oportunidades de formación, lo cual limita las posibilidades de alcanzar el máximo potencial de desarrollo.

De hecho, la evidencia ha mostrado que los y las estudiantes que están ausentes crónicamente durante kínder o pre-kínder (falta del 10% o más del año escolar), progresan menos durante el año escolar en cuanto a la adquisición de habilidades matemáticas (Ansari & Purtell, 2018), habilidades ejecutivas y de autorregulación (Nesbitt, 2018) y alfabetización (Rhoad-drogalis, Justice, Sawyer & Connell, 2018).

Todo lo anterior provocó un distanciamiento progresivo de los/as estudiantes con el sistema educativo, escenario que se conoce como exclusión escolar. Este es definido como “el proceso y una experiencia de distanciamiento del espacio escolar como consecuencia de procesos de quiebre en las trayectorias educativas que se producen a partir de modos de relaciones particulares entre los estudiantes y el espacio escolar” (MIDE-UC,2016). La preocupación mayor, es que la exclusión es un puente hacia la deserción escolar.

La nueva mirada de asistencia escolar en el sistema educativo híbrido

Por lo anterior y porque sabemos que la deserción escolar afecta las potencialidades de desarrollo de los/as estudiantes en términos de las oportunidades de aprendizaje, es que Fundación Educacional Oportunidad propone un concepto que permite abordar la asistencia escolar en el contexto de la educación remota y presencial o híbrida, el cual permite prevenir la exclusión y por ende la deserción escolar, este concepto es la participación.

A pesar de que sabemos que la presencialidad es el escenario ideal para la adquisición de aprendizajes, consideramos fundamental tener un concepto que abarque todas las posibilidades de participación que se puedan dar en un régimen intermodal, dada las diversas realidades de las escuelas y las familias. El foco primordial es que los niños y niñas no pierdan oportunidades de exponerse a experiencias de aprendizaje y de vincularse con el sistema escolar, lo cual es clave para la permanencia y motivación hacia el desarrollo integral.

En base a la preocupación por los aprendizajes de los/as estudiantes y al desafío de vincularlos al sistema educacional, es que entendemos participación como el contacto frecuente de los/as estudiantes con la escuela o jardín infantil, a través de su involucramiento en el desarrollo de experiencias de aprendizaje sea de forma presencial, sincrónica o asincrónica.

De acuerdo con esta definición, se incluye a:

Estudiantes que asisten a clases de manera presencial.

Estudiantes que realizan experiencias de aprendizaje sincrónico, es decir, de forma virtual y en vivo.

Estudiantes que realizan experiencias de aprendizaje asincrónico, es decir, con desfase. Una vez que la educadora o educador ha enviado el material, el que puede ser digital (a través de una plataforma virtual) o análogo (a través de guías, por ejemplo), el niño/niñaa puede realizar la actividad con posterioridad.

Según la definición de participación que proponemos, queremos lograr que los niños y niñas de pre–kínder y kínder se contacten frecuentemente con la escuela a través de su involucramiento en el desarrollo de experiencias de aprendizaje en cualquiera de las tres modalidades. Las preguntas que surgieron para definir una meta de participación son ¿Cuántos días como mínimo deberían participar los niños y niñas durante la semana? y ¿Cuántas experiencias de aprendizaje deberían desarrollar como mínimo en cada uno de esos días?

Una vez planteadas estas interrogantes, la Fundación realizó un trabajo de co-construcción con representantes de todas las escuelas beneficiarias e instituciones externas relacionadas a educación inicial quienes aportaron su visión desde el terreno y desde la experiencia. Así, se propuso como meta el lograr que los niños y niñas de pre-kínder y kínder participen al menos tres días a la semana, realizando como mínimo una experiencia de aprendizaje en cada uno de esos días sea de forma presencial, sincrónica o asincrónica.

Para realizar esta medición y poder hacer seguimiento a la meta, Fundación Educacional Oportunidad diseñó un sistema de registro, el cual contiene una planilla para informar la participación de los niños y niñas en las tres modalidades señaladas. Este instrumento genera una alerta que permite visualizar claramente los niños y niñas que no están cumpliendo la meta de participación, es decir, aquellos/as que están involucrándose solo dos días o menos cada semana, con el fin de intervenir oportunamente y prevenir su exclusión escolar.

Este sistema genera un reporte automático para las escuelas, y cuenta con datos que les permitirán tomar decisiones, como el:

Porcentaje de niños y niñas que cumple la meta por cada semana.

Porcentaje de niños y niñas que no han participado ningún día en cada semana.

Porcentaje del tipo de participación que tienen los niños y niñas (presencial, sincrónica y asincrónicamente).

Para revisar y descargar la planilla, haz click aquí.

Aprendizajes y recomendaciones

Para aumentar la participación, en conjunto con las escuelas se co-construyeron cuatro líneas de acción:

	Trabajo con las familias para concientizar sobre de la importancia de la educación inicial en la formación de los niños y niñas, y la relevancia que cobra el apoyo de las madres, padres y/o cuidadores/as a la hora de mediar la realización de experiencias de aprendizaje desde el hogar, en el caso de que decidan no enviar a sus hijos a clases presenciales.
	Motivación de los niños y niñas para que participen, ya sea de forma presencial o desde el hogar, según la decisión de sus familias.
	Prevención de enfermedades, tanto en la escuela como en casa, a través de la promoción de hábitos higiénicos.
	Detección de niños y niñas con baja o nula participación para intervenir oportunamente y así prevenir su exclusión escolar y aumentar progresivamente su participación.

	Trabajo con las familias para concientizar sobre de la importancia de la educación inicial en la formación de los niños y niñas, y la relevancia que cobra el apoyo de las madres, padres y/o cuidadores/as a la hora de mediar la realización de experiencias de aprendizaje desde el hogar, en el caso de que decidan no enviar a sus hijos a clases presenciales.
	Motivación de los niños y niñas para que participen, ya sea de forma presencial o desde el hogar, según la decisión de sus familias.
	Prevención de enfermedades, tanto en la escuela como en casa, a través de la promoción de hábitos higiénicos.
	Detección de niños y niñas con baja o nula participación para intervenir oportunamente y así prevenir su exclusión escolar y aumentar progresivamente su participación.