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Asistentes de la educación y nuevos desafíos

De acuerdo con los datos del Ministerio de Educación, de todas las personas que trabajan en el sistema escolar, poco más de un tercio son asistentes de la educación. Es un grupo heterogéneo en el que conviven profesionales del área de la psicología, trabajo social, psicopedagogía, técnicas y técnicos en educación y también de áreas administrativas como inspectores/as y auxiliares, entre otras.

La diversidad de sus funciones hace que su labor sea fundamental para el desarrollo de niños y niñas, ya que las y los  asistentes de la educación tienen un conocimiento privilegiado de los/as estudiantes fuera del aula, motivo que les permite colaborar con equipos directivos y docentes al momento de tomar decisiones estratégicas para temas como la convivencia y la asistencia escolar.

Las y los asistentes de la educación han tenido una importante presencia en la educación inicial, y con el paso del tiempo sus funciones y tareas han ido evolucionando en términos de procesos. Han incrementado no solo su presencia, sino que también la adquisición de nuevos roles, tanto en los procesos técnicos de apoyo como en la asistencia al proceso de enseñanza y aprendizaje dentro y fuera del aula.

Asistentes de la educación y su labor pedagógica

En los últimos años las y los asistentes de la educación han incrementado notoriamente su presencia en el sistema educativo y, al mismo tiempo, han ampliado su rango de participación y la importancia de sus roles. Este fenómeno ha ocurrido en los últimos años tanto al interior como fuera del aula, lo que sin duda invita a reconocer su labor y entregar una mayor valoración de su quehacer.

En cuanto a las funciones en transformación que están adquiriendo los equipos de asistentes de la educación, se destacan las referidas al conocimiento que tienen sobre los/as estudiantes. Por ejemplo, inspectores/as y auxiliares también han asumido el desafío de apoyar ciertos procesos de enseñanza, ya que ellos/as construyen a diario una relación de conocimiento y vínculo afectivo con el/la estudiante, el que se va desarrollando a través de las diversas acciones cotidianas, muchas de las cuales tienen énfasis pedagógico.

Interacciones pedagógicas

De acuerdo con un estudio realizado por (Mangui y Valdés, 2020) el cual revisa las transformaciones de las labores de los y las asistentes de la educación desde una perspectiva inclusiva, los cambios experimentados se han traducido en aportes concretos para la vida escolar. Así, a través de su investigación concluyeron que:

En cuanto a una cultura para la inclusión, las y los asistentes de la educación colaboran cotidianamente en la construcción de una comunidad afectiva y de valores, debido a las acciones de bienvenida, de ayuda, de respeto, de confianza y de recepción a las problemáticas de los/as estudiantes.
Asimismo, en cuanto a las políticas inclusivas, las y los asistentes cooperan en desarrollar y apoyar la atención de la diversidad, debido a que ayudan a los/as estudiantes a integrarse mejor a la comunidad y a reducir los problemas de convivencia por medio del buen trato y la confianza. Además, muchas veces estas acciones están alineadas con la gestión de la escuela y sus respectivos proyectos educativos.
El estudio estableció que en cuanto a prácticas inclusivas, las y los asistentes de la educación realizan un gran aporte, en cuanto apoyan la disciplina y utilizan los recursos de las escuelas.

Desafíos actuales y futuros

El Ministerio de Educación ha generado algunas instancias y regulaciones para incentivar que las unidades educativas se construyan desde la noción y concepto de comunidad educativa. La intención ha sido propiciar la visibilización de las diversas relaciones sociales que existen en estas unidades, y cómo construyen su cultura en cada uno de los espacios, más allá de lo que sucede en la pedagogía del aula.

Uno de los desafíos es ampliar los horizontes de trabajo colaborativo haciendo parte a las y los asistentes de la educación en la toma de decisiones sobre algunos ámbitos de acción, ya que una escuela inclusiva debe aprovechar los recursos disponibles y asegurar que toda la comunidad participe en las decisiones escolares. Una de las bases y desafíos actuales de la educación es que esta sea inclusiva, colaborativa y genere espacios donde todos puedan participar y contribuir.

Un estudio realizado en las escuelas de Valparaíso (Bravo, 2016), concluyó que las y los asistentes de la educación tienen un papel relevante en la gestión de situaciones de convivencia que emergen en los recreos, así como la prevención de la violencia y las agresiones. Su mirada no docente, muestra la riqueza y complejidad de lo cotidiano donde la escuela es un espacio de acogida y protección, ocupándose del comportamiento de los/as estudiantes en los espacios escolares comunes.

Según el experto en Educación Especial y Psicopedagogía, Doctor© René Valdés, las y los asistentes de educación son agentes relevantes en escuelas con sello inclusivo, convirtiéndose en marcadores culturales para el desarrollo de una cultura escolar inclusiva y solidaria. La información que manejan, por ejemplo, inspectores y auxiliares de aseo sobre los/as estudiantes y sus familias permite el reconocimiento de la complejidad de sus contextos familiares.

Este saber de las y los asistentes de la educación permite una comprensión hacia los/as estudiantes y sus disposiciones a aprender y a estar en la escuela. Desde su posicionamiento, los equipos de  asistentes desarrollan, y muchas veces gozan, de un respeto que inspiran en los/as estudiantes y que no es simplemente una responsabilidad laboral sino una respuesta afectiva basada en la cercanía y la confianza generada por este grupo, quienes les escuchan, les acogen y demuestran preocupación por sus situaciones personales.

El rol de las y los asistentes de la educación se hace cada vez más imprescindible en la comunidad educativa, ya que pueden contribuir activamente al desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes desde su ingreso a la educación inicial y hasta la educación secundaria, impulsando la entrega de conocimientos mediante una visión integral de la enseñanza, y a través de un proyecto escolar significativo, enriquecedor y vinculante.

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